El teatro Palenque fue en otros tiempos el Convento de los Jesuitas de San Ildefonso. Su historia se remonta al siglo XVII cuando el arzobispo Gaspar Quiroga se dispuso a crear un convento y seminario en Talavera. Este convento se situó en las inmediaciones de la Puerta de Zamora, pero más adelante se trasladó a la zona del Palenque. Su iglesia se finalizó en 1710 gracias a las donaciones y aportaciones de clérigos y particulares. La iglesia era de arte barroco, muestra de la influencia que Fray Lorenzo de San Nicolás ejerció en Talavera. La planta era típicamente jesuítica, con tres naves, alojando las laterales las capillas, que tenían sobre ellas otras capillas abalconadas.
La iglesia estaba construida principalmente en ladrillo, aunque un zócalo corrido fue hecho con piedra extraída de la muralla. En la cúpula, a modo de remate, se dice que había una gran bola que fue derribada por el terremoto de 1755, a esa bola es a la que se refiere el dicho talaverano para referirse a personas obesas como “bola del Palenque”, otros aseguran que de ahí deriva el famoso “bolo” que es como se conoce a las gentes de Talavera y sus tierras. Más tarde debido a varios avatares, entre los que se cuentan la expulsión de los Jesuitas y la Desamortización, el templo desapareció, siendo destruida la fachada ya en el siglo XX. El lugar ha sido un cine y actualmente es uno de los teatros de Talavera.