En 1972, Talavera de la Reina dio un paso importante hacia la modernización de su centro urbano con la peatonalización parcial de la calle San Francisco, una de las vías más transitadas y queridas por los talaveranos. Esta calle, que durante décadas fue el epicentro del comercio local, era tan animada y concurrida que muchos no dudaban en compararla con la Gran Vía de Madrid, tanto por su vitalidad como por su ambiente bullicioso.
El cierre al tráfico de parte de la calle San Francisco tuvo como objetivo principal facilitar el acceso de los peatones a las tiendas y negocios sin el riesgo constante del tránsito de vehículos. Se trató de una medida pionera en una época en la que las ciudades comenzaban a repensar sus espacios urbanos, buscando un equilibrio entre movilidad y calidad de vida. Esta intervención marcó un antes y un después en la manera en que los talaveranos recorrían su ciudad, abriendo paso a un modelo más amable y centrado en las personas.
La calle San Francisco: Una transformación que llevó su tiempo
A pesar de que la peatonalización parcial de 1972 fue un avance significativo, la transformación total de la calle San Francisco no se completó de inmediato. Durante los años siguientes, se fueron realizando nuevas intervenciones y reformas que, poco a poco, fueron consolidando este espacio como una zona plenamente peatonal. El proceso fue gradual, reflejando las tensiones propias del cambio de modelo urbano y las distintas necesidades de comerciantes, vecinos y autoridades.
Una calle que define a Talavera
Hoy, la calle San Francisco sigue siendo uno de los referentes comerciales y sociales de Talavera. Su peatonalización no solo cambió su aspecto físico, sino también la manera en que los ciudadanos la viven y disfrutan. Aquel primer cierre al tráfico en 1972 supuso el comienzo de una nueva etapa, en la que el centro de la ciudad se abrió al paseo, a la convivencia y al comercio en un entorno más seguro y accesible. Un recuerdo que forma parte de la memoria urbana de Talavera.