La legislatura del comino no habría echado andar sin los diputados del PSOE de Castilla-La Mancha
Momentos antes del inicio de la segunda sesión de investidura, entrevistaban a Rafael Simancas, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, y le preguntaban sobre las razones del apoyo de ERC y Bildu a Pedro Sánchez. Se apresuró a decir que no era un apoyo, sino una abstención que hacían para no bloquear la gobernabilidad de España y que era poco menos que un loable gesto de responsabilidad. Horas más tarde, la diputada de Esquerra Republicana Montse Bassa espetó desde la tribuna de oradores la ya célebre sentencia “me importa un comino la gobernabilidad de España”. Con ese titular dio comienzo la que muchos llaman la legislatura del comino.
La pregunta debida, por tanto, es la siguiente: si a ERC le importa un comino la gobernabilidad de España, ¿a cambio de qué se han abstenido? Consultas-referéndums y “desjudicialización de la política” aparte, hay que tener en cuenta lo dicho por los independentistas republicanos antes de subir el pulgar, cual emperador romano, para el ok a Sánchez: “Sin mesa -de diálogo- no hay legislatura”. Entonces, ¿qué más está por venir?
Lo cierto es que la respuesta es un auténtico papelón para cualquier cargo socialista, pero no es menos cierto que la legislatura del comino no habría echado andar sin los diputados del PSOE de Castilla-La Mancha, y que el PSOE es un partido que, aun con el federalismo asimétrico que da alas a Iceta -el de las ocho, diez o las naciones que se nos ocurran- marca una estrategia nacional de la que responden, o deberían, todos sus líderes.
La siguiente pregunta es ¿qué opina el PSOE de Talavera del vodevil diseñado por Sánchez para ser presidente a toda costa? ¿Qué opina su secretaria general y alcaldesa Agustina García?
Hay silencios atronadores, y este es uno de ellos.
Cuando tu partido alcanza nada más y nada menos que el Gobierno de España, lo lógico es que como dirigente o militante muestres tu satisfacción, sabedor de que no hay mejor escenario para, como político, trabajar en lo que crees. Aquí nadie ha dicho ni mu. ¿Será porque el futuro del país con esta “coalición progresista” lo ven negro hasta los propios correligionarios?
También llama poderosamente la indignación del PSOE regional por “las presiones y escraches” que, según ellos, hemos hecho desde el PP para que votasen en conciencia. Les recomiendo que escuchen a Miguel Ángel Revilla (lágrimas incluidas), a quien amenazaron con quitarle el gobierno de Cantabria cuando cambió del ‘sí’ al ‘no’. Eso sí son presiones.
Lo cierto es que el único socialista que ha hablado claro de todo este despropósito ha sido Alfonso Guerra: “nadie en 1981 hubiera aceptado que el Gobierno dialogase con los golpistas, Tejero, Milans del Bosch o Alfonso Armada. ¿Diálogo con los golpistas? No, hombre, no, la república lo resolvió mejor».