Trastornos de ansiedad en el siglo XXI

En un caso típico de trastorno de ansiedad, la persona está ocupada en cualquier aspecto de su vida cotidiana y, de repente, su corazón empieza a palpitar, experimenta sensación de ahogo y mareo, la cabeza “se le va”, le parece que se va a desmayar y está convencido de que se va a morir. A pesar de que la primera crisis suele ocurrir durante una actividad rutinaria, a menudo se asocian determinados sucesos con las primeras presentaciones del trastorno de ansiedad.
Durante su primera crisis, muchos pacientes creen estar sufriendo un infarto de miocardio o creen estar volviéndose locos. Suelen correr hacia el centro médico más cercano, donde se les practica un análisis rutinario, un electrocardiograma y una exploración física, donde se les descarta cualquier problema orgánico; se tranquiliza a los pacientes y éstos vuelven a sus casas.
Cuando se presenta una crisis de angustia se siente repentinamente un miedo sobrecogedor, terror, aprensión y la sensación de que algo terrible les va a ocurrir de forma inminente. Experimentan varios síntomas asociados, mayoritariamente físicos, como cansancio, palpitaciones, dolor o molestias en el pecho, sensación de asfixia, sensación de mareo o inestabilidad, sensación de irrealidad (es como si los demás fueran extraños, y la vida fuera muy lenta o muy deprisa) parestesias (se entumecen, hormigueo en manos o piernas), oleadas de frío y calor, sudoración, sensación de desmayo, temblor y espasmos, y miedo a morir, a volverse loco o a perder el control. Estas crisis duran entre 5-20 minutos.
Al igual que con el bolero, tres son los aspectos que hay detrás de un ataque de ansiedad: “¡Salud, dinero y amor!”. Se trata de algo más que una metáfora que los tecnicismos tienden a olvidar, detrás de un trastorno de ansiedad, encontramos un problema real, aunque camuflado, en el amor (no solo el de pareja, sobre todo con padres, hermanos, amigos)
donde suelen encontrarse sinergias de dependencia. Una inseguridad o un afán de encontrar la seguridad en el plano económico, y en obtener cosas materiales, y como no en miedos mas o menos fundados sobre la enfermedad y/o la muerte.

Las personas que padecen una enfermedad médica suelen tener estas crisis ante una intervención quirúrgica o la hospitalización. No obstante es muy probable que los ataques de ansiedad puedan ocurrir cuando el sujeto ya no tiene una situación de peligro real en dicha enfermedad.

Respecto al dinero, el desempleo, las dificultades económicas, la problemática laboral estresante, sobre todo aquella en la que el sujeto se considera que esta por debajo de las exigencias del trabajo, y el acoso laboral son los tres indicadores habituales.
Y en el amor hay que resaltar las carencias afectivas, separaciones, las perdidas y los rechazos como factores que predisponen las crisis de ansiedad.

Por Roberto Aguado. Psicólogo especialista en Psicología Clínica. Presidente del Instituto Europeo de Psicoterapias de Tiempo Limitado.
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