El trastorno obsesivo-compulsivo ha sido objeto de intensa atención en los últimos años y constituye hoy día uno de los campos de la psiquiatría en los que se ha observado mayor desarrollo. La relevancia clínica actual del trastorno obsesivo-compulsivo (en adelante TOC) viene dada por diversos factores, entre los que cabe citar:
- Cabe decir que el TOC es una enfermedad cuya prevalencia es probablemente mayor de la que se suponía hasta ahora.
- El tiempo que transcurre desde el comienzo de la enfermedad hasta que el paciente busca ayuda profesional es elevado (en torno a unos 10 años) y desde el inicio hasta que es adecuadamente tratado pueden transcurrir hasta 17 años. De todo ello cabe concluir que es necesario realizar un esfuerzo de divulgación y mejorar los índices de diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, máxime cuando entre los datos en relación con un buen pronóstico está el tratamiento precoz.
- Su relación con otros trastornos con los que frecuentemente es comórbido (depresión, psicosis, trastornos de la personalidad, otros trastornos de ansiedad), obliga a reflexionar sobre la auténtica naturaleza de este trastorno y, en consecuencia, sobre su correcta ubicación nosológica.
- El enorme avance habido en la última década en la investigación del TOC ha permitido una comprensión mayor del mismo, de los mecanismos fisiopatológicos subyacentes, de los posibles condicionantes etiopatogénicos y, en última instancia, de las posibles soluciones terapéuticas. Entre las técnicas de investigación científica que han permitido acrisolar un cúmulo creciente de conocimientos cabe citar en particular los avances habidos en la neuroquímica del sistema de neurotransmisión serotoninérgico y los hallazgos obtenidos mediante las técnicas de neuroimagen funcional en pacientes con TOC.
¿Qué es el TOC?
Las obsesiones y compulsiones deben ser excesivas o irracionales, provocar malestar clínicamente significativo y se definen, respectivamente, como:
- Obsesiones. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento como intrusos o inapropiados y causan ansiedad o malestar significativos. No se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real. La persona intenta ignorar o suprimir dichas obsesiones o bien intenta neutralizarlos con otros pensamientos o actos y reconoce que son el producto de su mente.
- Compulsiones. Comportamientos o actos mentales de carácter repetitivo que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente. El objetivo sería la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativa. No están, sin embargo, conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excesivos.
Los pensamientos son: Repetitivos, recurrentes o persistentes. Ansiogénico o desagradable. Carente de sentido, excesivo o irracional. No deseadas, resistidas y rechazadas. Producidas por la propia mente. Si usted o sus seres queridos poseen una trastorno de este tipo acudan sin prejuicios a consulta con un profesional de la Psicología o Psiquiatría, pues las enfermedades de la mente deben tratarse al igual que hacemos con las del cuerpo.