Luis Asensio Ramos es conocido como el Héroe de Nador. En 1921, las fanáticas tribus rifeñas del protectorado español de Marruecos habían declarado la guerra santa y atacado enclaves españoles cercanos a Melilla. Nador fue uno de esos lugares y cayó en manos islámicas el 2 de agosto. Luis Asensio se convirtió en un héroe, aguantando junto a un grupo de Guardias Civiles el asedio y sobreviviendo para contarlo.
La situación en Nador era crítica. Las fuerzas españolas estaban escasas y mal preparadas para enfrentar el ataque rifeño. El teniente coronel Pardo fue uno de los oficiales encargados de organizar la defensa. Los defensores se atrincheraron en la iglesia y en la fábrica de harinas, dos edificios clave por su solidez y posición estratégica.
La defensa de Nador fue heroica y desesperada. Durante el asedio, los defensores sufrieron constantes ataques y escasez de suministros. Luis Asensio y sus compañeros demostraron gran valentía y resistencia. En uno de los ataques más feroces, las fuerzas rifeñas lograron abrir una brecha en los muros de la fábrica de harinas, pero los defensores, con Asensio al frente, repelieron el ataque en un combate cuerpo a cuerpo.
El duro desenlace de la batalla
El 2 de agosto de 1921, después de varios días de intensos combates, las fuerzas rifeñas lograron tomar Nador. Sin embargo, la resistencia de los defensores permitió que muchos civiles y militares españoles pudieran escapar hacia Melilla. Luis Asensio sobrevivió al asedio y se convirtió en un símbolo de la valentía y el sacrificio de los defensores de Nador.
Este asedio es un episodio emblemático dentro del Desastre de Annual, un periodo oscuro en la historia militar española. La valentía de Luis Asensio y sus compañeros es recordada como un ejemplo de sacrificio y resistencia en condiciones extremas. Este evento subraya la dureza de la guerra del Rif y las dificultades enfrentadas por los soldados españoles durante el protectorado en Marrueco.
Luis Asensio Ramos, el Héroe de Nador, se destacó por su coraje y liderazgo durante uno de los momentos más críticos del conflicto en Marruecos. Su legado sigue vivo como un testimonio de la resistencia y valor de los defensores españoles en tiempos de adversidad.
