Historia

La lluvia que puso a Talavera bajo el agua en 1979

Enero de 1979 dejó una ciudad anegada por el desbordamiento del Alberche, poniendo a prueba su resistencia y capacidad de respuesta.

El mes de enero de 1979 será recordado por la intensa lluvia en Talavera, que durante días descargó sin tregua sobre la ciudad y su entorno. La persistencia del temporal provocó que el río Alberche, al no poder verter su caudal en el ya desbordado río Tajo, terminara por salirse de su cauce. El resultado fue una de las inundaciones más impactantes vividas en la ciudad durante el siglo XX.

Zonas agrícolas y accesos colapsados por la lluvia en Talavera

La lluvia en Talavera no solo afectó al núcleo urbano, sino que provocó el anegamiento del Cordel de las Merinas y de amplias zonas de huertas, cuyas tierras quedaron bajo el agua. El avance del caudal llegó a cubrir la entrada a la ciudad, especialmente en la zona de CIMASA, frente al actual Hotel Ébora, bloqueando accesos y dejando incomunicadas partes de la ciudad.

Hospitales y servicios afectados por la crecida

La situación se agravó aún más cuando las aguas alcanzaron el Hospital Nuestra Señora del Prado, lo que obligó a su evacuación parcial como medida de precaución. El Centro Nacional de Demostración Sanitaria también sufrió daños, reflejando el alcance de la emergencia incluso en los servicios esenciales.

Una ciudad ante la fuerza del agua

La intensa lluvia en Talavera durante enero de 1979 evidenció con claridad la vulnerabilidad de la ciudad ante fenómenos naturales extremos. Las precipitaciones continuas desbordaron ríos, anegaron calles, destruyeron cultivos y afectaron a infraestructuras clave, dejando a Talavera al borde del colapso. Sin embargo, frente a la adversidad, la ciudad mostró también su capacidad de reacción, solidaridad y resiliencia.

El episodio de 1979 sigue vivo en la memoria colectiva como un recordatorio de cómo la lluvia en Talavera puede pasar de ser una constante del invierno a una amenaza real. Una historia de resistencia ante una naturaleza que, cuando desborda, no perdona.

David Fernández

Por David Fernández García. Licenciado en Geografía e Historia. Amante de Talavera y de sus raíces. Promotor Turístico.

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