La iglesia de San Francisco se encuentra entre la calle del mismo nombre y la de Santa Eugenia, se trata de un templo que posee una curiosa historia. Su origen es del siglo XIII y concebido en principio como parroquia de Santa Leocadia, pero la cercanía con la parroquia de Santa Eugenia (que se ubicaba en la actual plaza de Santa Leocadia) provocó que los fieles que asistían a este templo fueran muy escasos, por lo que terminó clausurándose y pasando sus propiedades a la parroquia de Santa Eugenia (Santa Leocadia). En el siglo XV la orden de los franciscanos aprovechó el templo abandonado para establecerse, por lo que la iglesia fue rebautizada como convento de San Francisco y la calle donde se encontraba dejó de llamarse zapaterías para convertirse en la calle de San Francisco. En 1821 fue declarada parroquia. Actualmente es un templo de tres naves, siendo la central más elevada; posee cinco cuerpos unidos por arcos torales de medio punto y bóveda de cañón. El estilo predominante es el Barroco del siglo XVII y principios del XVIII. Destaca su torre en la que se observa un panel de azulejos con escenas de la vida de San Francisco de Asís. Entre sus obras de arte se debe mencionar el Vía Crucis en cerámica de Francisco Arroyo.