Illán Suárez de Carvajal, nacido en Talavera en 1503, fue uno de los muchos españoles que, movidos por el afán de aventura y el deseo de prosperar en tierras lejanas, emprendieron el viaje hacia el Nuevo Mundo en pleno siglo XVI.
En aquellos tiempos, Talavera era una ciudad vibrante dentro del Reino de Castilla, rica en cultura y con una posición estratégica en el comercio de la época. La fama de sus lozas y la artesanía que allí se desarrollaba formaban parte de su identidad, y de este entorno emergió Suárez de Carvajal, quien desde joven mostró inclinación por la exploración y el servicio a la Corona.
El viaje al nuevo mundo
Fue en 1534 cuando se unió a la expedición de Hernando Pizarro, hermano de Francisco Pizarro, rumbo al continente americano. Una vez en Perú, Illán destacó por sus habilidades administrativas y fue nombrado Factor de la Real Hacienda de Perú, encargándose de supervisar los intereses económicos de la Corona en las tierras recién conquistadas.
En su rol, Illán se convirtió en una figura clave para el régimen colonial, donde la organización de los tributos y el control de las riquezas naturales, principalmente el oro y la plata, eran vitales para mantener el poder español.
Una figura del colonialismo
Su estrecha relación con Francisco Pizarro lo llevó a ser Regidor Perpetuo y uno de sus consejeros más cercanos. Carvajal, observador astuto de los conflictos internos, advirtió a Pizarro sobre la amenaza representada por Diego de Almagro y su hijo, apodado «El Mozo», quienes luchaban por obtener mayores beneficios y territorios en el Perú.
Pese a sus advertencias, los partidarios almagristas asesinaron a Francisco Pizarro en 1541, hecho que marcaría el comienzo de una serie de conflictos internos en la región.
Trágico desenlace
Con la llegada del primer virrey del Perú, Blasco Núñez Vela, en 1544, Illán Suárez de Carvajal mantuvo una relación tensa. Designaron a Núñez Vela para restablecer el orden en la caótica situación peruana, pero su administración se tornó rápidamente impopular.
Carvajal, al igual que muchos otros conquistadores, recelaba de las imposiciones del virrey, y esta enemistad creció hasta que el conflicto llegó a un desenlace trágico: el virrey ordenó la muerte de Illán Suárez de Carvajal ese mismo año, sellando así el destino de uno de los primeros conquistadores españoles, cuya vida fue un reflejo de las intrigas y tensiones de la conquista.