Psicología

El paso de jugador normal a patológico

La Psicóloga, Leticia García, nos aporta las herramientas necesarias para ayudar a encontrarnos bien

La ludopatía

En el anterior artículo hablé sobre los síntomas que debía reunir un jugador para ser diagnosticado de jugador patológico, es decir que tiene un problema con el juego.

¿Cómo se pasa de ser un jugador normal a un jugador patológico?

El tránsito del adolescente que disfruta con el juego normal a la ludopatía no siempre es un proceso rectilíneo.

Existen diferentes fases que pasamos a describir a continuación:

  • El primer estado recibe el nombre de fase de ganancias, ya que el incipiente jugador empieza a tener una historia de resultados positivos, que en algunos casos incluso puede considerar sustanciales. Este cúmulo de éxitos puede hacerle creer que dispone de habilidades excepcionales para el juego, creyendo que es un gran jugador, lo que provocará que el tamaño y la frecuencia de las apuestas vayan aumentando gradualmente. Con el objetivo de conseguir más premios, comienza a invertir más dinero y tiempo, favoreciendo unas pérdidas también más numerosas y cuantiosas.
  • Este optimismo desmesurado es el precursor de la entrada en una segunda etapa, la fase de pérdida, caracterizada por utilizar el propio juego como estrategia para recuperar las pérdidas. Pero para poder seguir jugando se precisa dinero, de forma que empieza a pedir dinero a sus familiares y amigos como forma de inversión que serán devueltos con las futuras ganancias.
    La conducta de juego ya ha perdido el contexto social en que solía desarrollarse y emergen los problemas familiares y escolares, favorecidos por el cúmulo de excusas y mentiras de las que precisa el jugador para conseguir el dinero y justificar las pérdidas. Las ganancias, aunque ocurran periódicamente, son menores que las deudas; la presión de los acreedores aumenta y el jugador se ve obligado a confesar.
    Un gran porcentaje de jugadores acude a tratamiento en este momento en que se ven obligados por las circunstancias a descubrir su problema al entorno y afirman haber decidido dejar de jugar.
  • La fase de desesperación constituye la continuación lógica del cúmulo de pérdidas y deudas. El entorno de jugador seguirá prestando el dinero para pagar las deudas a costa de una constante erosión de las relaciones, ya que no solo hay una devolución del dinero, sino que además continúa la conducta de juego. Sigue produciéndose un incremento del tiempo y gasto de dinero dedicados al juego, pero por primera vez se desvanece ese optimismo característico debido a las cuantiosas deudas que acumula, el deseo de pagarlas con celeridad y los problemas familiares y escolares que le acucian.
  • La fase de agotamiento comienza cuando el adolescente sabe de antemano que va a perder, pero eso no le impide seguir jugando, ya que probablemente busca en el juego la excitación como objetivo en sí mismo, entonces es cuando el adolescente ha alcanzado el último peldaño de deterioro que es la fase de desesperanza o agotamiento y los pensamientos suicidas acuden a su cabeza.

Leticia García

Licenciada en Psicología. Master en Psicopatología y Salud. Experta en Gestión del duelo y pérdidas por la Universidad de San Jorge. Experta en Conflictos familiares y de pareja por la Universidad de San Jorge.

Noticias Relacionadas