En la antigua estación de autobuses, estaba la cafetería Autoestación, un lugar siempre lleno, aunque era en las últimas horas de la tarde de los días de verano cuando más clientes acudían. Era un bar amplio y bien atendido donde las copas, la horchata y el café, se degustaban junto a todo tipo de bocadillos. Con el cierre de la estación, este bar desapareció.
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