Para entrar de lleno en el conjunto de sabores de la ciudad, cocinaremos este plato con un vino de nuestra tierra. El vino tinto aporta un sabor único a la receta.
El truco está en dejar cocinar suficiente tiempo para que se evapore todo el alcohol.
El conejo ibérico es una de las especies autóctonas que plagan nuestras tierras, y de esto saben mucho nuestros mayores, los cuales ya se dedicaran al pastoreo, agricultura, ganadería, transhumancia, etc, siempre tenían a disposición un exquisito manjar, fácil de atrapar con sus fieles perros, o cazar con las escopetas de guarda.
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