Aprovechando el vaciado de una torre albarrana de la Corredera, en el siglo XVIII se instaló una capilla. En principio había una sencilla cruz protegida por un tejadillo, pero en 1752 se abrió la capilla, instalándose un retablo de estilo rococó con una talla de Cristo. Por esta curiosa capilla la calle recibe el nombre de Corredera del Cristo. Es costumbre que los transeuntes que pasan por la capilla se santiguen ante la imágen religiosa.
Menos de un minuto