Esta vez encontramos el nombre de Talavera en la cercana comarca de los Ibores (Cáceres), aunque se trata de una ciudad ya desaparecida y con una triste historia. En 1963 se materializó el trámite para inundar la zona creando un pantano artificial. Los habitantes fueron indemnizados con muy poco dinero y obligados a marcharse. No pudieron protestar, es lo que tenía el franquismo. Sólo el templo, conocido como “Los Mármoles” fue trasladado piedra a piedra al cerro más cercano y con otras construcciones se hizo la iglesia de los Santos Mártires en Talavera de la Reina. Esta es la historia de un pueblo que desapareció bajo las aguas y que no debe olvidarse.
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