Las orugas procesionarias están recubiertas de unos pequeños pelos que contienen una sustancia urticante. Cuando el animal se siente amenazado, suelta estos pelos, que se clavan en el cuerpo del atacante.
En el caso de los humanos, el contacto con una procesionaria puede conllevar urticaria, escozor e inflamación. Sin embargo, un perro puede llegar a sufrir necrosis en algunas zonas delicadas de su cuerpo, como la lengua o el olfato y, si no se le trata a tiempo, causarle incluso la muerte.
La oruga procesionaria suele unirse a varias de su especie para moverse. De ahí su nombre de procesionaria.
¿Cómo actuar si una procesionaria pica a tu perro?
Si tu mascota recibe el picotazo de una oruga procesionaria, debes llevarlo al veterinario inmediatamente.
Es importante reconocer los síntomas:
– El perro no para de moverse y respira con ansiedad.
– Tiene reacciones como hinchazón en la cara, lengua, párpado, mucosa oral o labios.
– No puede cerrar la boca debido a la inflamación de la lengua, por lo que también saliva en exceso.
– Muestra dificultades para respirar.
Estos suelen ser los primeros síntomas y también los más llamativos.
Al ver algunos de estos síntomas es útil aplicar agua o suero fisiológico a la zona afectada para evitar que la lesión se amplifique.
También hay que evitar frotar la zona afectada ya que si aún hay pelos de la oruga, estos podrían romperse y extender aún más las toxinas.
Si tu perro tiene una inflamación debido a la picadura de la oruga, lo más normal es que el veterinario le inyecte corticoides de acción rápida, que le bajarán la hinchazón rápidamente. ¡Le habremos salvado la vida!
Toda la atención y cuidados para tu mascota la podrás encontrar en Centro Veterinario Príncipe. Los doctores Jenny y Álvaro están a vuestra disposición.
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