Conoce Talavera
Comienza un nuevo año y parece que tras cada Nochevieja, nuestra vida se resetea, o eso pretendemos. Estrenamos calendario con ilusiones renovadas, con ganas de cambios, ganas de mejorar, pero siempre nos planteamos los mismos propósitos una y otra vez. Uno de los clásicos es hacer deporte. Vistas las dejadeces de meses atrás y el ridículo hecho en la San Silvestre, cruzando la meta con los carrillos colorados y la respiración de un enfermo terminal, uno se plantea si de verdad no es momento de cambiar de hábitos. La Ronda Sur es un hervidero de gente con mala conciencia en materia de salud. La zona del puente nuevo, el atirantado, se perfila también como una buena zona para dar rienda suelta a las necesidades deportivas. Sifones y Pinos también son lugares excepcionales pero estos quizás son demasiado para principiantes. Otro propósito, ligado con el anterior, es la mejora de la alimentación. Sea en casa o en un restaurante, las posibilidades de llevar una dieta equilibrada en Talavera son infinitas. Desde la huerta de La Pueblanueva hasta el aceite de La Jara la calidad del producto que podemos encontrar en nuestras tierras es enorme. Quesos, carne y leche fresca también es patrimonio de las antiguas tierras de esa Talavera que debería ser provincia. Si hablamos de Talavera y su hostelería la calidad está más que contrastada con oferta impecable. Además de estos, estaría bien añadir para el nuevo año, el propósito de conocer mejor nuestra ciudad. Muchas son las alternativas para poder disfrutar de ella y seguro que más de uno ni siquiera conoce: Museo etnográfico, Ruiz de Luna, Colegial, la Alcazaba o los restos de muralla o el mercadillo de San Jerónimo son algunas buenas alternativas culturales. Los parques de los Sifones o los Pinos, comentados anteriormente, junto con la vía verde de la Jara son lugares idóneos para el disfrute de los amantes de la naturaleza. Visitar pueblos cercanos también puede ser una buena alternativa. Como ejemplo están Oropesa, Escalona o El Puente del Arzobispo. Vivimos en una gran ciudad, llena de patrimonio ínfimamente explorado y mucho menos explotado, rodeada por unos pueblos maravillosos que son unos auténticos desconocidos para la mayoría. Entre todos deberíamos, primero valorar lo que tenemos – que es mucho – y segundo hacer ver a quienes nos dirigen que queremos conocer nuestras raíces, que queremos saber quiénes pasaron por aquí antes, qué hicieron y por qué. Debemos responder con hechos que el dinero invertido en conservar el patrimonio está bien gastado. Pongámonos ese propósito para este nuevo año: conocer y valorar Talavera, aunque tampoco debemos dejar de lado el deporte y la alimentación sana.
Por José Luis Espinosa