Diego Mateos Gutiérrez, conocido por todos como “Zarra”, nació en Huerta de Ánimas (Cáceres). En 1932, con catorce años, debutó en el equipo de futbol Santa Leocadia; sin embargo una lesión le impidió asistir a la fase nacional de Guadalajara, donde había sido seleccionado. Después pasó al San Prudencio, convirtiéndose en una leyenda del futbol en Talavera. También jugó en el Santa Olalla y en el Candeleda. Después se convirtió en entrenador, pasando por sus manos lo más granado del futbol local, así como también ha estado ligado a la Peña Athletic de Bilbao. Zarra nunca ganó dinero con el futbol, pero supo inculcar el amor por el deporte a muchos. Fue portero-vigilante en el colegio Pablo Iglesias junto a su hermana Jacinta. Zarra nunca se ha casado y ahora, enfermo de Alzheimer, vive en un centro. Estas líneas son un homenaje al mítico jugador y entrenador talaverano.
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