El año 1658 fue especialmente lluvioso en Talavera de la Reina, tanto fue así que el río Tajo creció hasta el punto de que, el 15 de mayo, cubrió todos los estribos del puente. Debido a esto, se hicieron rogativas y novenas para que cesaran las lluvias. Así, el 13 de mayo se le hizo una novena al Cristo Santiaguito, el 16 se convocó una procesión general a la Virgen del Prado, y también se le rezó una novena al Santo Cristo de la parroquia de San Pedro, además de otras ceremonias religiosas, todas con el propósito de que dejara de llover.
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