Pedro Tenorio lanza un nuevo poemario llamado «La Piel del Agua». El autor, en este poemario hace que Adán se adentre en la vorágine del padecer amoroso y nos habla de su expulsión del paraíso (una sala de Jazz), del encuentro gozoso con una Eva hecha ya amazona libre de toda culpa, amante perfecta y satisfecha en una imaginada fábula erótica; y por fin, nos refiere el sosiego del amor en el prado, en la dorada y jubilosa mediocridad que es esa cotidiana sorpresa del vivir abrazados.
Pedro Tenorio ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional en Talavera de la Reina como docente de Lengua y Literatura, tanto en institutos de secundaria como en el centro asociado de la UNED. Además de artículos en revistas especializadas y de diversos libros de didáctica de la literatura, ha publicado los siguientes poemarios:
• Muertos para una exposición. Accésit al Premio Internacional de Poesía Rafael Morales. Colección Melibea. Talavera de la Reina, 1984
• Los cuerpos y las noches. Finalista Premio Aso-ciación ApoloyBaco. Sevilla, 2010.
• Los castigos y las hostilidades. Premio «Gil de Biedma» de Nava de la Asunción. Segovia, 2010.
• La luz se calla. La Discreta ediciones. Madrid, 2013.
• A este lado del Evila. Premio «Poeta Juan Calderón Matador». Madrid, 2014
PRÓLOGO a «La piel del agua». Por Antonio del Camino.
Vivimos un tiempo en el que, en Poesía, no es siempre oro todo lo que reluce. Con demasiada frecuencia nos encontramos libros en los que el poeta parece carecer del sentido del ritmo o, acaso peor, ha renunciado a él en aras de una poesía moderna y rompedora. Puede que, en efecto, vayan por ahí los tiros y uno se haya quedado anticuado, pero, como lector, no renuncio nunca a buscar la adecuada acentuación en el poema que, por ende, lleva implícita una labor de orfebrería con la palabra frente al todo vale que parece latir en esa otra «poesía» a la que más arriba me he referido.
La piel del agua —lo apreciará el lector— es un libro donde la poesía surge con la adecuada cadencia, la palabra precisa, la metáfora sutil y sugerente. Porque este es un libro escrito a conciencia, sin prisas, sin aceptar la primera idea que llega a la mente del poeta.
El amor —uno de los grandes temas universales— se nos muestra aquí a través del tiempo de una pareja: desde sus primeros encuentros, abandonados a la atmósfera y la música de un club de jazz, donde todo es promesa, hasta la madurez, en que la serenidad y la ternura son parte de su día a día, pasando por el amor más pasional y erótico, torrente de luz que afianza su compromiso en cada encuentro.
Ello expresado con un despliegue técnico propio de un poeta como Pedro Tenorio, poco dado a publicaciones, pero avezado en rimas y sabedor de que la Poesía necesita de esfuerzo, de un trabajo minucioso y tenaz que hace parecer fácil lo que sólo se logra conociendo el arte de hacer versos; algo en lo que nuestro autor es un verdadero maestro.