El 1 de enero de 1720 después de que muchas familias y una yeguada salieran a pasear al otro lado del río, se hundió uno de los arcos del puente (en aquel tiempo sólo existía el puente viejo), por lo que fue necesario poner dos barcos para que la gente pudiera volver a cruzar el río para regresar a sus casas.
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