Monumento a la batalla de Talavera

El monumento a la Batalla de Talavera, conocida por los talaveranos como “El Monolito” se encuentra en un área de descanso de la variante de la Nacional V (en la falda sur del Cerro Medellín donde ocupó aproximadamente la retaguardia del ala derecha de las tropas alemanas de la KGL)  ya que fue uno de los escenarios principales de la mencionada batalla.

La contienda tuvo lugar en los días 27 y 28 de julio de 1809, en ella se enfrentaron los ejércitos napoleónicos mandados por los mariscales Jourdan, Víctor y el propio rey José I Bonaparte con los ejércitos de la alianza angloespañola comandados por el teniente general Arthur Wellesley (futuro Duque de Wellington) y el español Gregorio García de la Cuesta. La lucha fue dura y muy reñida y los aliados lograron rechazar los intentos franceses de tomar las posiciones del Cerro Medellín y el Pajar de Vergara. Esto y el hecho de que el bando francés fuera el que más bajas tuvo, convierten la Batalla de Talavera en una victoria angloespañola, una victoria aprovechada sobre todo por el general inglés Wellesley que, debido a ella, fue nombrado Duque de Wellington y Vizconde de Talavera.

El origen de este monumento está en enero de 1990 cuando el entonces ministro de Obras Públicas, Javier Sáez de Cosculluela, inauguró la variante de la Nacional V, afirmando que Talavera había recuperado su calle principal para la gente, pues hasta entonces era sólo de los coches. En aquel acto de inauguración estuvieron presentes José Bono, que era el Presidente de Castilla la Mancha y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entonces Presidente de Extremadura, así como Daniel Romero Delegado de Gobierno.

En este acto se presentó el proyecto de la construcción de un área de descanso en el que se levantara un monumento a la Batalla de Talavera. Dicho monumento presenta tres caras en homenaje a los ejércitos que participaron en la contienda y en ellas puede verse el nombre de los cuerpos de ejército que participaron, con alguna notable excepción.