Se cuenta que en una de las torres que aún quedan en pie del alcázar talaverano existía una lápida de mármol en la que se leía la inscripción: “Si el Tajo llega hasta aquí, Talavera ay de ti”, algo que nunca sucedió ni siquiera en las inundaciones más graves. La lápida sí existió, pero no contenía ese texto, sino que se trataba de la placa fundacional de la alcazaba. Actualmente esta placa se puede ver en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en ella se lee, en letra árabe cúfica, que el alcázar fue fundado en el 357 de la Hégira (año 967) por Al-Hakam II, aunque la tradición afirma que fue obra de su antecesor Abderramán III.
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