En Talavera existieron varias ermitas hoy desaparecidas. Una de ellas fue la de San Joaquín y Santa Ana situada en la zona de los Jardines del Prado. En el grabado de Van der Wingaerde aparece en el Prado un pequeño edificio que podría ser dicha ermita. Según Ildefonso Fernández se encontraba en los corrales de la plaza de toros.