Cuenta la leyenda que en el siglo IV a.C. Talavera, llamada entonces Libora, sufrió un fuerte terremoto, siendo engullida posteriormente por las aguas del río Tajo. Los habitantes del lugar, aterrorizados por la catástrofe, construyeron refugios en los lugares más elevados de los cerros que dominan la ciudad. Se cuenta que en esta catástrofe se perdieron tesoros de gran valor, entre los que se hallaban restos de la Atlántida. De este cataclismo aún dan fe las contundentes corrientes de agua y remolinos que se forman junto al puente viejo. Pero sólo es una leyenda… o no…
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