La segunda mitad del siglo XV fue testigo de una traición que dejó una marca indeleble en la historia de Talavera de la Reina. En ese período, el Cardenal Alonso Carrillo tomó una decisión que conmocionó a la ciudad, ya que buscó cederla, junto con sus bienes, a la Corona de Portugal. Este acto de traición fue tan grave que requirió la intervención directa de la mismísima reina Isabel la Católica para evitar sus consecuencias.
La Traición Revelada: Intento de Ceder la Ciudad a Portugal
El Cardenal Alonso Carrillo, en un giro sorprendente, optó por traicionar a Talavera de la Reina al intentar cederla a la Corona de Portugal. Este acto inesperado generó conmoción y desconcierto entre los habitantes de la ciudad, que veían en peligro su autonomía y sus propios intereses.
La gravedad de la situación llevó a la reina Isabel la Católica a intervenir personalmente para detener la traición. Consciente del peligro que representaba la pérdida de Talavera y sus bienes, la reina actuó con firmeza para proteger los intereses de la corona y la integridad de la ciudad.
Consecuencias Severas: Despojo de Privilegios al Cardenal Felón
La respuesta de Isabel la Católica no se limitó a detener la traición; como consecuencia, desposeyó al Cardenal Alonso Carrillo de todos sus privilegios. Esta medida drástica buscaba castigar la deslealtad y asegurar que aquellos que intentaran poner en peligro la estabilidad y la lealtad de la ciudad enfrentaran consecuencias severas.
La traición del Cardenal Alonso Carrillo se convirtió en un capítulo oscuro en la historia de Talavera de la Reina. Aunque la intervención de Isabel la Católica impidió las peores consecuencias, las marcas de esta traición perduraron en la memoria colectiva de la ciudad, recordando la importancia de la lealtad y la firmeza en la preservación de su identidad.