En mayo de 1953, a primeras horas del segundo día de feria, regresaba a su pueblo el coche de línea de Navalcán, completamente abarrotado de viajeros cuando, al llegar a la zona del arroyo Bárrago en el paso a nivel, al dar paso a un camión que se cruzó con él, se acercó demasiado a la orilla y se precipitó por el barranco, volcando. Pese a quedar destrozado y a la confusión no hubo más que veinte lesionados, ninguno de gravedad.
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