En marzo de 1954 nació en la talaverana huerta de la Barrosa, propiedad del ganadero Daniel de la Fuente, un ternero monstruoso. Este acontecimiento formó un enorme revuelo entre los vecinos, el propietario, sorprendido por tal acontecimiento, avisó a los técnicos veterinarios que hicieron los pertinentes análisis. El pobre animal tenía reinvertido el tronco y, como consecuencia, las extremidades posteriores se hallaban encima de la cabeza, le faltaban las cavidades abdominal, torácica y tuvo pocas horas de vida.
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