Cuando el miedo se convierte en problema es hora de afrontarlo
Te definimos lo que es el miedo
El miedo, según los expertos, es una emoción básica del ser humano, junto a la alegría, la tristeza, el asco, la ira y la sorpresa. El miedo es por tanto una respuesta ante un estímulo, bien externo (no generado por nosotros, por ejemplo una situación que nos afecta), bien interno (generado por nosotros, por ejemplo un recuerdo, experiencia traumática o pensamiento). Como toda emoción, el miedo es un tesoro, una valiosa fuente de información que nos dice cómo estamos y qué necesitamos. En su forma más básica, tiene que ver con la existencia: miedo a la vida y miedo a la muerte. El hecho mismo de existir, exige cosas que nos provocan miedo: miedo a fracasar, a lo desconocido, a tomar decisiones y a comprometernos. En el otro extremo, el miedo a la muerte, puede resultar igualmente pavoroso.
¿Cómo nos puede llegar a afectar?
Que el miedo condiciona nuestra forma de actuar, creo que nadie lo pone en duda. Sin embargo lo puede hacer de una forma adaptativa, si nos ayuda a conseguir nuestros objetivos, por ejemplo cuando miramos al cruzar una calle para evitar ser atropellados; o desadaptativa, si nos limita o paraliza, por ejemplo cuando nos impide entrar en un ascensor o subir a un avión. En este caso el miedo se convierte en un problema que necesita ser gestionado.
Trabaja y afronta tus miedos
El miedo no es algo que puedas evitar o reprimir, pero tampoco lo debes ignorar, es persistente y volvería una y otra vez. ¿Qué hacer entonces? Afrontarlo. El miedo mirado a la cara se convierte en valor. Te mostramos algunas herramientas para trabajar, comprender y mejorar tu relación con esta emoción tan importante. Y si no te sientes capaz de hacerlo solo, recurre a la ayuda de un experto.
Ponlo nombre
Ser consciente de tus miedos es el primer paso para controlarlos. Haz una lista de las cosas que más te preocupan: inseguridad, sufrimiento, complejos, soledad… Cuando tu miedo comience a susurrarte, cierra los ojos, entabla amistad con él, conócele, descubre qué teme perder y qué recuperar.
Rompe la cadena de pensamientos
¿Te has planteado hasta qué punto son realistas tus miedos? Suelen ser contagiosos y resonar en ti como una evidencia, pero en general son sólo algo imaginado, nada más. Puedes usar tu lógica y los hechos para romper la cadena de pensamientos irracionales que los alimentan.
Regula tu miedo físicamente
El miedo produce en ti consecuencias a nivel físico que pueden llegar a ser graves: palpitaciones, tensión muscular, sudoración, ansiedad, inapetencia, insomnio, agotamiento, aumento de adrenalina y cortisol en sangre… y te preparas para la lucha o la huida, pero ¿luchar contra quién?, ¿huir de qué? Aprende a relajarte a través del cuerpo con un sencillo ejercicio de respiración consciente, te ayudará a prevenir estos cambios fisiológicos.
Cambia tu forma de actuar
Enfocarte en algo malo que no sabes si va a ocurrir, puede hacer incluso que tú mismo provoques que suceda. Utiliza el miedo en tu beneficio, transfórmalo en un reto personal, ahora en lo que te vas a enfocar es en cómo vencer a ese miedo. Ponte objetivos muy pequeños, que alcances con facilidad, para que te sientas motivado y sin temor a fracasar.
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