Según Don Francisco de Soto, el apóstol Santiago el Mayor predicó en la antigua ciudad de Talavera. En aquellos tiempos, Talavera se conocía como Elbura, aunque su nombre romano era Caesarobriga. Durante el año 39 o 40, Santiago dejó al primer obispo, Pedro, en esta ciudad. Pedro se encargó de gobernar la sede episcopal, conocida entonces como Aqüis.
Caesarobriga, la Talavera romana, era una ciudad de gran importancia en la época. Se situaba en la provincia romana de Lusitania y jugaba un papel crucial en las rutas comerciales de la región. Esta importancia estratégica hizo de Caesarobriga un lugar ideal para la expansión del cristianismo.
El obispo Pedro gobernó la sede episcopal de Aqüis hasta su martirio en el año 57. Durante su liderazgo, Pedro trabajó arduamente para difundir las enseñanzas del cristianismo y establecer una comunidad cristiana en la región. Sin embargo, su misión no fue fácil. En esos tiempos, los cristianos enfrentaban persecuciones constantes por parte de las autoridades romanas y de aquellos que veían al cristianismo como una amenaza para las creencias tradicionales.
Un triste final
En el año 57, Pedro fue martirizado junto a otros discípulos del apóstol Santiago. Este acto de martirio fue un testimonio de la fe y el compromiso de Pedro y sus compañeros con la difusión del mensaje cristiano. A pesar de las adversidades, el cristianismo continuó creciendo en la región gracias al legado dejado por Pedro y otros primeros líderes cristianos.
El apóstol Santiago el Mayor jugó un papel fundamental en la expansión del cristianismo en la península ibérica. Su misión en Caesarobriga es un ejemplo de cómo los primeros apóstoles y sus seguidores enfrentaron grandes desafíos para establecer la fe cristiana en nuevas tierras. La historia de Santiago y Pedro en Talavera es un capítulo importante en la historia del cristianismo en España, reflejando la dedicación y sacrificio de los primeros misioneros.
La predicación del apóstol Santiago en Talavera y el martirio del obispo Pedro son eventos significativos en la historia de la expansión del cristianismo. Estos hechos muestran cómo los primeros cristianos trabajaron incansablemente para difundir su fe, enfrentando numerosos desafíos y dejando un legado duradero en la historia de la región.