El 29 de mayo de 1968, cuando se bañaba en la presilla vieja del río Tajo, pereció ahogado Valentín Chamorro López, de 37 años. En varios sitios del río existen profundas pozas debido a la extracción de arena y piedras. Valentín se bañaba en un lugar donde el agua alcanzaba sólo 80 cm de altura, pero de inmediato existía una profundidad de más de 4 metros donde tuvo la desgracia de caer desapareciendo en las aguas.
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