Desde el siglo XVI hasta la década de 1950 se ubicaba en la Corredera un singular edificio municipal. La alhóndiga era el lugar donde se almacenaba y comerciaba con el grano, especialmente trigo. Este edificio contaba con un patio porticado con columnas de capiteles jónicos en torno al cual se encontraban las estancias. El edificio fue troceado y algunas partes se derribaron. Actualmente, debido al auge de los locales de ocio en la zona de la Corredera, se han podido recuperar algunos de sus restos.