Fray Hernando de Talavera nació en 1428 en el seno de una familia judeoconversa. Fue confesor de la reina Isabel la Católica y su consejero, también fue el primer arzobispo de Granada en 1492 y examinó los proyectos de Cristóbal Colón. En 1505, un año después de la muerte de su protectora la reina Isabel, el inquisidor de Córdoba, Lucero, mandó arrestar a varios familiares de Fray Hernando e inició un proceso contra este. Finalmente el Papa Julio II y el cardenal Cisneros defendieron a Talavera, demostrando su inocencia y poniendo en libertad a sus parientes. En 1507 fallecía, posiblemente de peste, pero su figura era tan importante que tras su muerte muchos aseguraron que habían sido curados de sus males gracias a la intercesión de Fray Hernando de Talavera.
Fray Hernando de Talavera
