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Solo sé llorar y pelearme

Sólo sé llorar y pelearme con todo el mundo. No me soporto ni yo, sólo quiero estar solo/a
y que nadie me hable. ¿A quién recurro para que me ayude?

Es habitual en primera consulta de psicología la referencia a problemas de salud física (de tipo digestivo, dolor de cabeza e insomnio entre las más frecuentes), y que los médicos tras no hallar causa tangible, han considerado de origen psicosomático. Este es el motivo fundamental de valoración psicológica y psicoterapia. La ausencia de biomarcadores o indicios de enfermedad en las distintas pruebas diagnósticas utilizadas por el médico y la falta de respuesta deseable al tratamiento farmacológico prescrito lleva a considerar la presencia de factores psicológicos que intervengan en el origen y/o mantenimiento de dichas alteraciones digestivas, cardiovasculares o respiratorias. En estos casos, y tras una primera valoración psicológica, es frecuente detectar crisis de angustia subclínicas (recurrentes y de intensidad o duración discreta, que no alcanza a requerir la visita al servicio de Urgencias del Hospital más próximo), abuso puntual y de curso insidioso de sustancias tóxicas, episodios de ansiedad de tipo obsesivo compulsivo que no impiden hacer vida normal, estados distímicos ajenos a reacciones desadaptativas (depresión leve) y/o irritabilidad descargada en el ámbito familiar-conyugal o contra uno mismo. Sorprende aún más que dirigir el tratamiento psicológico al síntoma (motivo de consulta) y ofrecer recursos inmediatos para resolver el conflicto personal relatado, no ofrezca mayor satisfacción en el paciente (si no mayor irritación o sentimiento de impotencia) que los resultados de tratamientos anteriores, lo que algunas veces lleva a un peregrinaje de médicos y psicólogos interminable. Hasta que, una valoración más exhaustiva, centrada en la persona, que incluye un estudio de la Personalidad y hábitos cognitivo conductuales adquiridos desde la pubertad y adolescencia, detecta en la gran mayoría de estas ocasiones un estilo de respuesta «Pasivo Ambivalente» que revela una explicación para el malestar indicado:

  1. Baja Autoestima
  2. Necesidad de Aprobación
  3. Déficit Asertivo
  4. Inseguridad/Susceptibilidad al control de los demás
  5. Insaciabilidad de Presencia/Dependencia.

Un patrón de pensamientos y conductas adquiridas frecuentemente en el hogar familiar, arraigado desde el inicio de la edad adulta, sentido como realista en base a la repetición continuada de hábitos y/o sostenido por evitación de la confrontación (miedo) que nos hiciera obtener consecuencias en contra y una larga rumiación de sentimientos, emociones e ideas que finalmente llevan a justificar dicha conducta disfuncional, permiten el mantenimiento del Malestar. Esto es, la ausencia de una respuesta asertiva (decir lo que uno piensa realmente) a un requerimiento personal o social y en sustitución una pretendida respuesta adaptativa, complaciente, amable y al gusto del interlocutor o grupo de referencia social. Seguramente, en el convencimiento de que esa respuesta será sostenida sin esfuerzo el resto de la vida, y en evitación del temor adquirido al rechazo de una respuesta autónoma y realmente sostenible.

La solución implica una tarea sencilla y otra complicada, pero que con decisión será resuelta: La sencilla: tras su detección, tomar conciencia de los hábitos de pensamiento y conducta implicados, bien indicados por el/la psicólogo/a, bien producto de nuestra propia reflexión. Lo complicado, salirse de la zona de confort creada, superar el vértigo al cambio de conducta y asumir un nuevo rol, el auténtico. Muchas veces con escaso refuerzo por parte de las personas de nuestro entorno. A veces, un día especial, un cumpleaños, una noche vieja, una experiencia vital significativa, etc. nos posicionan frente al rol deseado. Si es asociado a contingencias positivas estaremos aumentando las posibilidades de sostener y hacer durar en el tiempo un estilo de respuesta social y de interacción satisfactorio, hasta hacerlo fluir y, con el tiempo, ver como se convierte en una faceta personal autosostenible.

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