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«Es emocionante saber emocionarse»

Prólogo del nuevo libro de R. Aguado

«Es emocionante saber emocionarse» ya a la venta en su web

Creo firmemente que el sufrimiento no es tanto consecuencia de aquellas circunstancias foráneas a nuestro control, tal como un terremoto, una enfermedad a los avatares de la vida, pero sí que lo es de la derivación de los sucesos que podríamos remediar, que dependen de nosotros y que no conseguimos gestionar. En países desarrollados, la mayoría de los sufrimientos son consecuencia de situaciones que solo existen en la mente. Hoy sabemos que la realidad para nuestro cerebro está más cerca de la imaginación, la fantasía o el pensamiento que de las cosas que están ocurriendo en ese momento en el entorno. Vivimos más dentro de nosotros que fuera, vivimos más en el pasado y, sobre todo, vivimos esperando el mañana, sin darnos cuenta que el aquí y el ahora está ocurriendo y, paradójicamente, no sabemos mucho de nuestro ser, no nos conocemos. Sufrir por cómo nos hablamos (autodiálogo) o por cómo nos relacionamos con nuestra biografía es un sufrimiento habitual en el siglo XXI, este sufrimiento tiene como denominador común no saber determinar qué emoción es la adecuada para cada momento. Creo firmemente y con rotundidad que, hasta la fecha, no hemos ofrecido a la humanidad una herramienta eficaz para enfrentarse al sufrimiento que surge y pervive en la incapacidad de poder gestionar las emociones. Saber emocionarse es necesario para vencer el sufrimiento y conseguir la satisfacción, para ello es fundamental emocionarnos conociendo los laberintos que revelan cómo se producen los patrones esenciales de la mente, marcados por unas leyes químicas y neurológicas. Con este libro sé que damos un paso definitivo para el mejor antídoto del sufrimiento humano: la gestión emocional. Saber elegir en cada momento de nuestras vidas la emoción más adaptada para cada situación y, para ello, poder vencer las memorias que nos separan de esta meta. Es uno de los descubrimientos que quiero ofrecerte con esta obra. Saber emocionarse es como saber respirar, ya que tenemos que hacerlo cada dos o tres segundos, es más, nuestra respiración está muy determinada por la emoción que sentimos, de tal manera que respirar cuando estamos en la rabia no tiene nada que ver a cuando respiramos desde la seguridad o la admiración. Saber emocionarse y saber respirar, nos hace más humanos, mejor persona y, sobre todo, más capacitados para vivir en sociedad. La persona que alcanza el dominio de sus emociones y que es capaz de activar todo el abanico emocional dependiendo de las situaciones que vive, es una persona libre, optimista, cercana, sabia, empática, solidaria, honesta, ética, abierta, justa, y como no , llena de satisfacción y, por ello, seguro que con salud mental. La sabiduría está totalmente ceñida a la capacidad para poner en realidad las competencias y habilidades emocionales. Es tan importante este punto que a lo largo de mi vida, además de formarme en muchos modelos teóricos, he pretendido conocer la biografía de sus creadores, ya que conociendo cómo vivieron emocionalmente, podemos comprender completamente su obra y con ello, la parte del ser humano que intentaron explicar. Garantizar métodos para conseguir la satisfacción es mi meta y con este libro creo que podemos acercarnos más a este objetivo. Te pongo en la pista de despegue, que tengas un buen vuelo. Y es que, ¿ hay algo más emocionante que saber emocionarse?
Ser valiente es una elección, hay otras opciones…

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